Cuando
hablamos de alcohol hacemos
referencia al etanol (CH3CH2OH)
que es el tipo de alcohol que se encuentra en las bebidas alcohólicas. El
alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso central, es decir, que ralentiza las
funciones vitales. En ocasiones se confunde con un estimulante del mismo ya
que, en un primer momento produce desinhibición y euforia pero, esto es debido
a que afecta a los centros cerebrales responsables del autocontrol.
Según
el proceso mediante el cual se obtiene el alcohol, se pueden clasificar las
bebidas alcohólicas en dos grupos: fermentadas y destiladas.
Por otra parte, las bebidas destiladas
proceden de la depuración y destilación de las bebidas fermentadas, es decir,
eliminan una parte del agua contenida en estas bebidas mediante la destilación.
Algunas bebidas destiladas son el coñac, la ginebra, el ron, el whisky o el
vodka. El contenido alcohólico de las bebidas destiladas oscila entre los 30º y
50º.
Como vemos, el contenido de alcohol se
mide en grados y se denomina graduación alcohólica. Esta graduación calcula el
contenido de alcohol absoluto en 100 cc (centímetros cúbicos), es decir, el
porcentaje de etanol que contiene una bebida. La graduación alcohólica también
puede venir expresada en volumen (%).
Para calcular el contenido en gramos de
una bebida alcohólica se usa la siguiente fórmula:
Gramos de alcohol puro=
|
Graduación x Cantidad ingerida x 0,8
|
100
|
Es decir, se multiplican los grados por la
cantidad que se consume (expresada en centímetros cúbicos o mililitros) por 0,8
que es la densidad del alcohol y se divide entre 100. Por ejemplo, en una
cerveza de 250 cc con una graduación de 4,8º la cantidad de alcohol absoluto es
de 9,6 gramos de alcohol puro.
4,8 x 250 x 0,8
|
= 9,6
|
100
|
Historia
La especie humana obtiene bebidas
alcohólicas por fermentación de productos vegetales desde tiempos históricos.
Prácticamente todas las culturas nos han dejado testimonios escritos sobre las
bebidas alcohólicas y sus efectos psicoactivos así como sus usos mágico-religiosos.
En la Grecia Clásica, se celebraban unas
reuniones denominadas “symposium” donde el objetivo principal era beber vino.
En el siglo VIII se descubre el proceso de destilación que permite obtener
bebidas alcohólicas de mayor graduación. Entre los siglos XI y XIV se hace un
uso nutricional, religioso y terapéutico (para la desinfección) del alcohol.
Los primeros problemas sanitarios y sociales graves relacionados con el consumo
de alcohol se producen en Inglaterra, en el siglo XVIII, con la popularización
de la ginebra. También es en el mismo siglo cuando se produce el inicio de la
comercialización del vino.
Actualmente, en España el consumo de
alcohol es muy elevado. Esta sustancia desempeña en esta sociedad una función
social muy importante, así como también de diversión.
Farmacocinética
La farmacocinética hace referencia al paso
de las sustancias a través del organismo en función del tiempo y la cantidad
administrada. Se divide en 4 pasos que son: absorción, distribución,
metabolismo y eliminación.
Absorción
Hace referencia al paso del alcohol desde
el aparato digestivo a la sangre. El etanol es una sustancia con apetencia por
el agua (hidrófilo), así que tiene mucha facilidad para acceder al medio acuoso
del cuerpo humano y en especial al plasma sanguíneo. Al beberse, el alcohol se
absorbe en pequeñas cantidades por las mucosas de la boca, cuello y esófago. La
absorción mayoritaria y más significativa se produce en el intestino delgado a
través de pequeños vasos sanguíneos que hay en las paredes del mismo, es en
este órgano donde hay una mayor superficie de absorción. Este etanol absorbido,
no sufre ninguna transformación por el camino hasta el intestino delgado.
El nivel de absorción depende de varios
factores como la cantidad ingerida y si ésta ha sido acompañada de alimentos o
no. Este último factor, los alimentos, es muy importante ya que, éstos retardan
el vaciado del estómago y por lo tanto, el alcohol permanece mayor tiempo en el
estómago y llega en menor cantidad al intestino ya que, el estómago posee
enzimas capaces de metabolizar una pequeña parte del alcohol. Se debe tener en
cuenta que el hombre posee una mayor dotación enzimática en el estómago
respecto a la mujer y por eso, hay diferencias entre ambos en la capacidad de tolerancia
del alcohol.
Distribución
El alcohol se distribuye hacia los
distintos órganos del cuerpo, especialmente hacia el hígado y el sistema
nervioso central. Esta distribución se puede dividir en tres fases. En la
primera, el alcohol se distribuye esencialmente hacia el corazón, hígado,
riñón, pulmón y sistema nervioso central ya que son órganos con una circulación
sanguínea preferente, con lo cual, son los primeros en recibir el impacto del
alcohol. En una segunda fase de distribución, el alcohol se dirige hacia el
tejido muscular y otras vísceras, la piel y la grasa donde el aporte sanguíneo
es más lento. Finalmente, la tercera fase, denominada difusión, la distribución
se fundamenta en el espacio intersticial (espacio entre las células).
Metabolismo
El metabolismo se produce en el hígado y
existen diferentes vías para realizarlo. La vía principal es la denominada “vía
del alcohol deshidrogenasa”. El alcohol deshidrogenasa (ADH) es una enzima que
oxida el alcohol transformándolo en acetaldehído en el citoplasma del
hepatocito (célula del hígado). El acetaldehído es más tóxico que el propio
etanol, es el responsable de la intoxicación. Éste, también es eliminado
mediante una enzima, el aldehído deshidrogenasa (ALDH) dentro de la mitocondria
del hepatocito, oxidándolo en acetato.
Es importante tener en cuenta que hay dos
enzimas de ALDH que tienen diferente afinidad con el acetaldehído. Hay una que
tiene una afinidad potente para el acetaldehído, esto significa que éste es
metabolizado en acetato con normalidad en un cuerpo sano. En cambio la otra
tiene una baja afinidad con el acetaldehído, con lo cual se produce una
acumulación del mismo en la sangre (intoxicación), debido a que no se oxida con
facilidad. Así pues, las personas con la enzima de baja afinidad, debido a esa
acumulación se da un efecto aversivo con lo cual, puede ser, aunque no siempre,
un factor de protección tener esta enzima de baja afinidad.
Cuando esta vía principal resulta
insuficiente para metabolizar bien sea por una ingesta masiva, continuada y/o
persistente o por otras alteraciones hepáticas, el cuerpo humano, aunque sigue
usando esta vía principal en la medida de lo posible, pone en acción los
sistemas de ayuda: las vías secundarias de metabolización.
Como consecuencia del metabolismo del
alcohol, se acumulan en las células hepáticas diversos productos que se deben
eliminar ya que si no, debido a su toxicidad, alterarían las funciones normales
de la célula.
Eliminación
Hay varios órganos que eliminan el alcohol
del organismo bien sea metabolizándolo o excretándolo. El hígado es muy
significativo para las moléculas consideradas grandes. La bilis expulsa la
molécula al intestino, lo cual, en algunas ocasiones puede producir una
reabsorción a la sangre, en el intestino grueso, y esto causa las
intoxicaciones retardadas.
El riñón también es un órgano excretor del
alcohol y por eso la orina puede servir para detectar consumos. También los
pulmones eliminan la sustancia y por ello, la detección de alcohol también se
puede realizar mediante el aire expulsado. Se debe tener en cuenta que entre un
2 y un 5% del alcohol que se ingiere, se elimina sin trasformación metabólica
mediante las heces, el sudor, la orina y los pulmones.
Mecanismo de acción del alcohol ¿Cómo actúa?
El alcohol, al ser soluble en agua y en
grasas se sugiere que podría actuar a través de la fluidificación de las
membranas lipídicas de las células nerviosas, es decir, reducen su
excitabilidad, provocando una depresión neuronal similar a la producida por
otras sustancias depresoras (anestésicos). También modifica algunos procesos
celulares en los sistemas de neurotransmisión cerebral. El alcohol influye en
varios sistemas de neurotransmisores diferentes: GABA, glutamato, dopamina,
serotonina y endorfina.
El alcohol estimula el sistema del GABA.
Este neurotransmisor, en el cerebro, actúa como inhibidor de varios circuitos
neuronales. El alcohol, cuando se adhiere a los receptores del GABA produce que
éste permanezca más tiempo adherido así como también, que el GABA se una con
mayor frecuencia a su receptor, aumentando el número de mensajes de inhibición
entre las neuronas. De este modo, la potenciación del sistema gabaérgico
explicaría los efectos del alcohol sobre la relajación muscular, la inducción
de sedación, alteración de las capacidades motoras y cognitivas, etc.
Por su parte, el alcohol inhibe la
actividad del glutamato. Este neurotransmisor actúa como excitador del sistema
nervioso central. Así, cuando el alcohol se adhiere a los receptores del
glutamato, éstos cambian de forma produciendo que el neurotransmisor no pueda
conectarse al mismo. De esta forma, no se transmite ninguna señal a la neurona
receptora y no se lleva a cabo ninguna acción. Mediante el bloqueo del alcohol,
se inhiben varios procesos de la neurona receptora incluyendo la liberación de
otros neurotransmisores produciendo así, una inhibición de la actividad
cerebral.
Como otras drogas de abuso, el consumo de
alcohol también produce un incremento de dopamina en el núcleo accumbens
(sistema de recompensa) así, se produce una sensación de placer y euforia pero,
si la ingesta se vuelve crónica el cerebro se adapta, con lo cual se vuelve
menos sensible a la dopamina y se libera menos dopamina provocando que las
concentraciones de este neurotransmisor sean demasiado bajas y que esto pueda
producir un estado de ánimo deprimido.
El alcohol estimula el sistema
neurotransmisor de la serotonina y da una sensación de euforia y de vinculación
con otra gente. También activa el sistema endorfínico, liberando endorfinas en
el cerebro cosa que puede disminuir el dolor y dar sensación de euforia cuando
se consume alcohol. De igual modo, puede producir una disminución de la
respiración e incluso su detención debido a que, los receptores de endorfinas
controlan los músculos respiratorios y cuando las endorfinas se adhieren a
dichos receptores, se reduce la actividad respiratoria.
Efectos del consumo de alcohol
Los efectos producidos por el consumo de
alcohol dependen de la cantidad ingerida pero también existen otros factores
que pueden agravar estos efectos como son:
- Edad: Los jóvenes, que se encuentran en un
proceso de desarrollo físico y hormonal, son más susceptibles de una
intoxicación.
- El peso: Las personas con menor peso toleran una
menor cantidad de alcohol que las que tienen más peso.
- El sexo: Las mujeres toleran menor cantidad de
etanol en su cuerpo. Además, relacionado con el factor anterior, el peso,
en general las mujeres pesan menos y el tamaño de sus órganos internos es
más pequeño respecto a los hombres.
- Cantidad y rapidez del consumo: A mayor cantidad
de ingesta de alcohol en menor tiempo, mayor posibilidad de intoxicación.
- Ingestión simultánea de comida: Enlentece la
intoxicación pero no evita ni reduce los daños al organismo.
- Combinación con otras sustancias: Si se combina
con otras sustancias sedantes (tranquilizantes, analgésicos, etc.) se
potencian los efectos sedantes del alcohol. Si se combina con la cocaína,
que es estimulante, los efectos se contrarrestan, pero la toxicidad de las
dos sustancias juntas es mayor que si el consumo es por separado. Además,
hay que tener en cuenta que, el consumo de alcohol combinado con bebidas
carbónicas (colas, tónicas, etc.) acelera la intoxicación.
Dependiendo de la cantidad de alcohol en
sangre se van a ir produciendo diversos efectos. Es necesario recordar que
todos los factores anteriormente mencionados también influirán en dichos
efectos así como la situación, el estado de ánimo o la tolerancia que se tenga
al alcohol, entre otros factores.
Concentración
en sangre
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Efectos
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0,01 – 0,05 g/l
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Euforia, disminución de los reflejos, lentitud y/o
torpeza.
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0,05 – 1 g/l
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Desinhibición social, euforia, aumento de la
autoestima, disminución del campo visual, lentitud y/o torpeza, juicio y
concentración alterados, reducción de la capacidad de atención.
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1 – 1,5 g/l
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Inestabilidad emocional, confusión, agresividad,
descontrol, disminución de la atención y de las inhibiciones, pérdida del
juicio crítico, alteración de la memoria y la comprensión, dificultades en el
habla y en los movimientos, visión doble, menor respuesta a los estímulos
sensoriales y baja capacidad de reacción.
|
1,5 – 2 g/l
|
Desorientación y confusión mental, dificultad para
hablar y caminar, mayor descontrol, mareos y vómitos, alteraciones en la
percepción del color, formas y movimiento, disminución del umbral del dolor y
exageración en la manifestación de los sentimientos, alteración del
equilibrio (ataxia) y descoordinación muscular.
|
2 – 3 g/l
|
Escasa conciencia, apatía (no tener ganas de nada),
inercia (dejarse llevar), incapacidad y descoordinación muscular, incapacidad
de caminar y hablar, incontinencia de esfínteres, vómitos, estupor y sueño.
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3 – 4 g/l
|
Inconsciencia completa (coma), estado anestésico,
hipotermia, problemas en la respiración y la circulación sanguínea, ausencia
de reflejos y sensibilidad.
|
Más de 4 g/l
|
Muerte por parálisis de los centros respiratorios y
vasomotor.
|
Riesgos y consecuencias del consumo de alcohol
Beber alcohol, como se ha visto, tiene
efectos inmediatos. Las consecuencias a corto plazo de la ingesta de alcohol
son la intoxicación etílica que, como ya hemos visto puede provocar un estado
de coma e incluso la muerte. Además favorece las conductas de riesgo ya que
desinhibe a la persona y provoca una falsa sensación de seguridad. Por ello,
está relacionado con accidentes de tráfico y laborales, altercados, agresiones,
etc.
Además, el consumo de alcohol produce una
serie de alteraciones tanto a nivel físico como psicológico a corto y largo
plazo. Estos son algunos de los riesgos y consecuencias físicas a corto
plazo del consumo de alcohol en los distintos sistemas y órganos:
Sistema digestivo
La ingestión de una dosis moderada de una
bebida fermentada, estimula la secreción ácida gástrica de forma evidente. Un
consumo masivo ocasional puede producir alteraciones de la mucosa gástrica de
tipo inflamatorio reversibles como la hiperemia, erosiones e incluso hemorragia
de la mucosa. Así como también facilita el reflujo gastroesofágico.
Hígado
En el consumo ocasional se va dañando el
hígado ya que éste es el encargado de metabolizar gran parte del alcohol. Así,
en una ingesta masiva el hígado se sobrecarga y, si éstas, se producen de forma
continuada se puede llegar a desarrollar enfermedades hepáticas.
Páncreas
Un consumo episódico masivo puede
desencadenar una pancreatitis aguda.
Sistema circulatorio
El consumo esporádico masivo de alcohol
puede producir arritmias y trastornos de conducción cardíaca.
Sistema metabólico
Hay un gran riesgo de hipoglucemia durante
la intoxicación etílica e inmediatamente después. Tras un periodo de abuso de
alcohol puede aparecer cetoacidosis alcohólica, es decir, hay una producción
excesiva de cuerpos cetónicos. También, durante la intoxicación se puede
incrementar la síntesis de acido láctico. El consumo ocasional de alcohol
incrementa la diuresis de forma transitoria.
Por su parte, a largo plazo el
consumo continuado alcohol también tiene una serie de riesgos y
consecuencias físicas:
Sistema digestivo
Puede producir hipertrofia parotídea, es
decir, un agrandamiento de las células parótidas. También produce gastritis
crónica. Se producen alteraciones de la absorción intestinal de origen
multifactorial, así como atrofia de las vellosidades produciendo una mala
absorción y deficiencia de vitaminas y oligoelementos. La afectación hepática y
pancreática puede alterar la digestión de muchos alimentos, sobretodo de las
grasas. Afecta a la motilidad, por ejemplo, las bebidas de baja graduación
aceleran el vaciamiento gástrico. Además, en el intestino delgado y grueso
pueden darse tanto una lentificación como una aceleración del tránsito
produciendo diarrea y/o estreñimiento. La diarrea leve es frecuente en
alcohólicos crónicos y suele desaparecer espontáneamente con la abstinencia.
Hígado
A mayor duración y cantidad de consumo de
alcohol más posibilidades de padecer enfermedades hepáticas. La mayoría de
bebedores habituales tienen el hígado graso (esteatosis), que es el aumento de
la síntesis de ácidos grasos y su acumulación en el mismo. La esteatosis
suele ser benigna, asintomática y reversible con la abstinencia. También se
puede sufrir hepatitis alcohólica, donde el hígado se inflama debido al consumo
excesivo de alcohol y algunas células del hígado se necrosan. El último paso de
la hepatopatía alcohólica es la denominada cirrosis hepática que solo alcanza a
algunos bebedores excesivos. Se caracteriza por la sustitución del tejido del
hígado que se necrosa por fibrosis, cicatrices y nódulos que resultan del
proceso de regeneración del tejido dañado.
Páncreas
El consumo crónico de alcohol produce
pancreatitis crónica, el páncreas está lesionado debido al abuso intenso y
prolongado del alcohol.
Sistema circulatorio
Debido al consumo de alcohol, el corazón
es incapaz de bombear la sangre de forma eficiente produciendo una
insuficiencia cardiaca denominada miocardiopatía alcohólica. También produce
arritmias cardiacas y otros trastornos de conducción cardiaca. Se puede
producir una cardiopatía isquémica que significa que hay un desequilibrio
entre el suministro de oxigeno y la demanda cardiaca. El consumo abusivo y
prolongado de alcohol es un factor de riesgo de hipertensión arterial así como
también de ictus cerebral.
Sistema nervioso
Uno de los síndromes más comunes en
alcohólicos crónicos es el síndrome de Wernicke – Korsakoff: La primera fase es
la encefalopatía de Wernicke, que puede ser reversible, y la segunda la
demencia de Korsakoff si no se aplica ningún tratamiento. La causa de ambos
procesos es la deficiencia de tiamina (vitamina B1) que es muy
frecuente en alcohólicos crónicos, aunque no exclusiva de los mismos. La
degeneración cerebelosa, es para muchos autores una forma parcial de
encefalopatía de Wernicke y, consiste en inestabilidad e imposibilidad de
coordinación de los miembros inferiores. El síndrome de SESA, es una
encefalopatía subaguda que produce confusión y disminución del nivel de
conciencia, déficits neurológicos focales y convulsiones focales. También,
aunque de manera muy poco frecuente, puede presentarse la enfermedad de
Marchiafava-Bignami en un consumidor crónico. Esta enfermedad se caracteriza
por trastornos del habla y de la marcha, del tono muscular y de la conducta de
forma crónica que evoluciona hacia una demencia; también puede presentar
convulsiones o coma en forma aguda que suele conducir a la muerte rápidamente.
La polineuropatía alcohólica es debida al efecto directo del alcohol en los
nervios periféricos y produce pérdida de fuerza, parestesias dolorosas y
sensación de quemazón en la planta de los pies.
Sistema musculoesquelético
La ingesta abusiva de alcohol puede
producir miopatía alcohólica, es decir, produce grados variables de debilidad y
atrofia en la musculatura. También puede producir osteoporosis además de
alteraciones articulares. En algunas ocasiones puede producir la contractura de
Dupuytren que empieza con la retracción de la palma de la mano con la
consiguiente dificultad de extender los dedos.
Sistema endocrino
El alcohol actúa
directamente sobre el eje hipotálamo-hipofiso-gonadal produciendo hipogonadismo
masculino, es decir, rasgos feminizantes en los hombres e infertilidad, y
trastornos menstruales en las mujeres e incluso infertilidad. En alcohólicos
crónicos es frecuente detectar hipotiroidismo, es decir, una disminución de la
síntesis y liberación de la hormona tiroidea. Así como también disminuye la
respuesta humoral al estrés.
Sistema metabólico
En el consumo crónico puede darse
cetoacidosis alcohólica que, como ya se ha comentado, es la producción excesiva
de cuerpos cetónicos. Además, también se puede presentar la acidosis láctica,
que es la acumulación del lactato. Así como en el consumo ocasional tiene un
efecto diurético, en el consumo crónico el alcohol se comporta como un
antidiurético. También provoca deficiencias nutricionales aunque mantengan una
nutrición normal.
Sistema Inmune-Hematológico
En el consumo prolongado de alcohol se
puede presentar anemia, deficiencia de ácido fólico y alteración del
metabolismo del hierro debido a diversos factores entre los que se puede
mencionar la deficiencia nutricional y la malabsorción intestinal.
Este tipo de consumo puede reducir el
número y afecta a la función de los fagocitos produciendo alteraciones de la
respuesta inmune. Además, se producen alteraciones en la hemostasia y la
coagulación con lo cual el tiempo de hemorragia se alarga.
Cáncer
Además, el consumo crónico de alcohol
incrementa de forma importante el riesgo de padecer cánceres en la boca,
esófago, laringe, hígado y mama, y en menor medida, también los de estómago,
colon y recto.
Dependencia
Uno de los riesgos que hay que tener muy
presente es que el alcohol produce dependencia, tanto física como psicológica,
y que el tiempo necesario para su desarrollo es muy breve. Esto es causado
porque los receptores GABA se vuelven menos sensibles al alcohol así que se
necesita beber más alcohol para conseguir el mismo nivel de relajación. Del
mismo modo, los receptores del glutamato, al ser bloqueados, generan más
receptores con lo cual, se necesita mayor cantidad de alcohol para bloquear
esos nuevos receptores. Otro factor muy importante de la generación de la
dependencia es la segregación tanto de dopamina, serotonina como endorfinas que
produce el consumo de alcohol ya que ésta genera una sensación de placer y
euforia que hace que se quiera beber más para mantener esta situación. También
mencionar que la segregación de dopamina en el sistema de recompensa es un
factor para el desarrollo de la dependencia.
Embarazo
También se debe tener muy en cuenta el
denominado síndrome alcohólico fetal. Éste se identifica por un patrón de
anormalidades funcionales y de desarrollo que sufre un niño como consecuencia
del consumo, durante el embarazo, por parte de la madre. Son niños que
generalmente nacen con poco peso y anormalidades faciales como los ojos más
pequeños, mejillas aplanadas, etc. Tienen retrasos en el desarrollo,
coordinación deficiente del sistema locomotor, epilepsia, etc. Además,
presentan alteraciones cognitivas desde el momento del nacimiento como la
reducción en los niveles generales de inteligencia y alteraciones especificas
en funciones cognitivas como la memoria verbal, el razonamiento, etc. Todo ello
contribuye a la poca capacidad de socialización de estos niños, teniendo serias
dificultades para establecer y mantener relaciones amistosas.
Como ya hemos anunciado, el consumo
excesivo, intensivo y/o prolongado de alcohol, produce una serie de alteraciones
psicológicas, pudiendo provocar o precipitar los siguientes cuadros
psiquiátricos:
Trastorno
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Sintomatología
|
Psicóticos
|
Alucinaciones transitorias
Alucinosis alcohólica
Intoxicación con síntomas psicóticos
Celotipia: Celos compulsivos e injustificados
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Estado de ánimo
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Depresión
|
Del comportamiento
|
Intoxicación patológica
|
Del nivel de conciencia
|
Delirium Tremens: la fase más grave del síndrome de
abstinencia.
Síndrome de Wernicke
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Cognitivos
|
Amnesia: episódica o persistente como el Síndrome de
Korsakoff.
Deterioro cognitivo
Demencia
|
A tener en cuenta
Si se interrumpe bruscamente el consumo de
alcohol se pueden experimentar síntomas de abstinencia como insomnio,
nerviosismo, sudores, ansiedad, depresión, etc. Esto es debido a que la
estructura de los receptores GABA, anteriormente comentados, ha cambiado y en
ausencia de alcohol, el sistema nervioso es sobreestimulado, al recibir muy
pocos mensajes inhibitorios. Además, los receptores del glutamato dejan de
estar bloqueados, además de haber incrementado su sensibilidad con lo cual, se
adhieren grandes cantidades de glutamato en los receptores y las neuronas se
sobreestimulan pudiendo llegar, en el peor de los casos, a producir
epilepsia.
Muy buen blog. Hacen falta artículos como estos para concienciar a la sociedad sobre la adicción que puede provocar beber en exceso. Un saludo
ResponderEliminarOs seguiremos leyendo
El alcohol es una droga depresiva que causa muchos problemas, y no se las recomiendo.
ResponderEliminarLos efectos del alcohol sobre el cuerpo son numerosos y diversos. El alcohol, específicamente el etanol, es una potente droga psicoactiva con un número elevado de efectos terciarios que puede afectar de manera grave a nuestro organismo
ResponderEliminarHola en el siguiente enlace podeis encontrar mas informacion sobre como parar la adiccion al alcohol http://www.centro12pasos.com/
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